¿Tienen alguna relación la ingesta de grasas saturadas y el cáncer?
No existe una enfermedad más relacionada con los problemas de la vida moderna, toxinas que impregnan los alimentos asociados con la industrialización alimentaria, los sistemas de cultivos sintéticos como el cáncer.
Solo cuando el hombre pueda tomar control sobre estas prácticas, y sus efectos sobre la tierra y la salud humana, podrá confrontar esta enfermedad con éxito.
El cáncer puede iniciarse con la exposición e intoxicación con metales pesados, infecciones virales, hongos, cloro, tóxicos químicos, rayos x, elementos radiactivos, exposición a líneas de alto voltaje u otro tipo de radiación electromagnética, estrés, emociones mal elaboradas y factores genéticos.
Si todos estos factores mencionados anteriormente, son agravados por una insensata selección de alimentos o deficiencias nutricionales, tenemos entonces la combinación perfecta para desarrollar una neoplasia.
Cualquiera de estas causas o un conjunto de ellas, crea un trastorno nutricional en el cuerpo, el ritmo metabólico disminuye, se inhibe la absorción de oxígeno, las membranas celulares se deforman, se altera la carga y la polaridad eléctrica con desorganización de las funciones celulares.
Hoy existen métodos de alta tecnología para el tratamiento del cáncer, pero algo más sencillo como la alimentación, o específicamente como la calidad de las grasas es desvalorizada o ignorada.
A pesar de los billones de dólares destinados a luchar contra el cáncer, poco se ha logrado en la batalla contra este mal y solo una mínima fracción de ese dinero es destinado a la prevención. Esta enfermedad guarda una estrecha relación con la calidad de grasas que consumimos.
Se ha calculado que la proporción óptima de ácidos grasos esenciales debe ser de 4 a 1, es decir, por cada gramo de omega-3, se deben consumir cuatro gramos de omega 6. Lamentablemente, hoy en día no es así y la proporción omega 6: omega-3 es entre 20 a 1 a 40 a 1, es decir nuestro cuerpo desborda la concentración de omega 6.
La producción comercial de aceites de cocina refinados comerciales ha contribuido a que se pierdan las grasas omega-3. La mayoría de los aceites de cocina son ricos en omega 6, como los aceites de soya, aceite de algodón, aceite de maíz y el Aceite de girasol.
Como regla general, las grasas omegas 6 procesadas son pro inflamatorias y promueven el crecimiento tumoral y las grasas omega-3 son antiinflamatorias e inhiben el crecimiento tumoral.
Las investigaciones científicas han establecido que no es la cantidad de grasa lo que importa sino el tipo de grasa que se consume. Por ejemplo, se estableció que el aceite de pescado y otras fuentes vegetales ricas en omega-3 tienen un efecto inhibidor en el crecimiento de tumores.
Adicionalmente, se ha establecido que niveles bajos de omega-3 predicen la severidad de las metástasis.
Un incremento en el consumo de omega-3 prolonga la supervivencia, aumenta la efectividad de la quimioterapia y reduce el impacto negativo de la radioterapia.
Las terapias que impiden la difusión del tumor a distancia, son muy importantes para detener el cáncer, la mayoría de las personas no resisten el cáncer porque este migra a diferentes partes del cuerpo, no por el tumor que ya está presente.
Con la linaza tenemos una manera efectiva de detener las metástasis; en un estudio realizado en Francia en mujeres con cáncer de mama, se observó que las mujeres con bajos niveles de omega-3, tienen cinco veces mayor probabilidad de desarrollar metástasis a partir del tumor mamario.
En cuanto a los efectos de la suplementación con aceite de linaza tenemos lo siguiente:
-Se ha observado reducción del tamaño de cáncer de mama hasta en un 50 %.
-Reducción de las metástasis entre un 50 y 65 %.
-Menor proliferación de células epiteliales en melanoma entre un 40 y 50 %.
-Un positivo efecto anti estrogénico del aceite de linaza de la mitad o equivalente al tamoxifeno, sin efectos adversos.
-El aceite de linaza para reducir tumores de mama ya establecidos, en comparación con la linaza pulverizada que es más efectiva en fases iniciales del tumor.
como detiene los tumores y la metástasis el ácido graso omega-3
Para que una célula cancerosa migre de un tumor a otra zona por colonizar, debe adherirse y penetrar la lámina basal que rodea los vasos sanguíneos y los órganos.
Las grasas omega-3 hacen mucho más difícil la adhesión de células cancerosas a las membranas bloqueando la expresión de moléculas de superficie que proveen los ganchos o espacios de anclaje necesarios.
Si a pesar de este obstáculo la célula cancerosa logra adherirse a la membrana, las grasas omega-3 pueden interferir con el siguiente paso bloqueando una enzima llamada colagenasa que disuelve y polimeriza las membranas celulares y permitir que las células cancerosas penetren esta barrera.
El omega-3, reduce el contenido de omega 6 que el tumor toma de la sangre, negándole este importante nutriente y obstaculizando los efectos promotores de la omega 6 de manera competitiva, es decir el omega-3 compite con el omega 6 por las enzimas para la creación de metabolitos promotores del cáncer.
Los omega-3 hacen que las células cancerosas sean más vulnerables a los ataques de los radicales libres, al hacer sus membranas celulares más sensibles a dichos ataques.
Estudios recientes demuestran que el omega 6, hace a las células tumorales inmortales al activar un gen que previene su destrucción automática. En contraste las grasas omega-3 parecen promover la autodestrucción de las células cancerosas disminuyendo el crecimiento tumoral.
Las grasas que pueden llegar a disminuir el riesgo de cáncer son los aceites no refinados. Las grasas de la familia omega-3 promueven el aprovechamiento de oxígeno en las células, disminuyen la formación de tumores y previenen las metástasis.
Estas grasas se encuentran en la nuez, el germen de trigo, el cannabis y especialmente en los aceites de linaza y el aceite de sacha inchi, los cuales son la fuente natural más rica en esta grasa.
Se ha establecido que una persona que tenga un adecuado consumo de frutas y verduras, tiene la mitad de riesgo de padecer de cáncer. Esta es una manera garantizada de disminuir el riesgo.
Las frutas y verduras contienen vitaminas y antioxidantes, pero igualmente tienen fitoquímicos como los flavonoides, con importantes propiedades antitumorales.
El Dr. aconseja:
En esta oportunidad voy a hablar de un tipo de aceite que pueden usarse complementariamente como producto nutraceutico y que considero que pueden introducirse en la alimentación como herramienta para disminuir el riesgo de enfermar.
Aceite de linaza: Apoya la salud cardiovascular, es la fuente natural vegetal más rica en ácido alfa linolénico (omega-3), proporciona omega 6 y omega 9, es un aceite orgánico prensado en frío y sin refinar. Contiene la forma más activa de ácido fólico, el ácido 5 metil tetrahidrofolato el cual puede cruzar la barrera hematoencefálica.
La linaza es la fuente más rica en lignanos conocida, los cuales pueden proteger contra la diabetes tipo 2, ayudan a mantener la densidad ósea y bloquean los efectos del estrógeno asociado a ciertos tipos de cáncer.
Los lignanos contenidos en la linaza al ser ingeridos son convertidos a nivel intestinal en enterólignanos, los cuales cumplen funciones antiinflamatorias y que además actúan disminuyendo el riesgo de padecer diabetes tipo 2 gracias al efecto que el aceite tiene en el intestino delgado que impide que la glucosa se absorba.
Los lignanos bloquean los efectos que puede tener el estrógeno en diferentes tipos de cáncer como son el cáncer de mama, útero, ovario y próstata.
El aceite de linaza puede ocasionar reacciones alérgicas como urticaria, picazón en la piel, palmas de las manos, náusea y vomito.
Si consume medicamentos para la diabetes tenga en cuenta que la linaza también reduce los niveles de azúcar en sangre.
Presentación: Frasco ámbar por 500 cc
Precio: $ 49.990
![Dr Yuri Murcia](https://www.soyvitasalud.com/wp-content/uploads/2022/02/Dr-Yuri-Murcia.png)
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