¿En realidad existen bacterias benéficas para la salud?

Los probióticos son microorganismos vivos de nuestra flora intestinal que al ser ingeridos o al estimular su multiplicación afectan positivamente la salud de las personas.

La flora bacteriana intestinal aumenta de forma positiva las funciones inmunológicas, las actividades metabólicas y estimulan la producción de serotonina.

Los probióticos son también responsables de la producción de vitaminas del complejo B y de la vitamina K en los intestinos, donde se absorben inmediatamente.

Alrededor del 80 % de serotonina que produce nuestro cuerpo se realiza en el intestino y está directamente relacionado con el tipo de alimentación y con la flora prebiótica que habita en él.

La serotonina es un neurotransmisor que influye sobre el sistema nervioso actuando como modulador del estado de ánimo, las emociones, el apetito y la digestión.

Cuando se presentan alteraciones en la flora intestinal (microbiota) la pared intestinal se inflama y la producción de serotonina se altera. Este trastorno puede estar relacionado con el síndrome de colon irritable e incluso con enfermedad cardiovascular y osteoporosis.

Los prebióticos hacen parte de la dieta y lo que hacen es estimular la proliferación y la actividad de uno o más tipos de bacterias y hongos beneficiosas para la salud.

 Los prebióticos sirven de sustento para que la flora intestinal normal se mantenga, prolifere y cumplan adecuadamente sus funciones.

Además, existe una conexión directa a través de vías neuroendocrinas entre el intestino y el cerebro ayudando en el mejoramiento de nuestro estado emocional; por eso cuidar nuestra salud intestinal es también cuidar nuestra salud emocional.

Existe todo un sistema de intercambio de información entre el cerebro y el intestino donde la serotonina y la flora microbiana son fundamentales.

Alteraciones como la ansiedad, la depresión, la enfermedad bipolar, el insomnio la esquizofrenia, los trastornos neurodegenerativos, las alergias, el cáncer, la obesidad, el síndrome metabólico, la artritis reumatoidea, la colitis ulcerativa y el lupus pueden manifestarse como consecuencia de trastornos en la flora intestinal.

Además, la diarrea crónica, el estreñimiento, la osteoporosis, el cólico del lactante, el colon irritable, el asma alérgica, la rinitis alérgica, la dermatitis atópica entre otras, pueden tener como uno de los factores desencadenantes las alteraciones en la microbiota intestinal.

Los probióticos pueden ayudar a mejorar el control de la presión arterial, reducir el colesterol LDL “colesterol malo “Y ayudar a mejorar la sensibilidad a la insulina equilibrando de mejor manera los niveles de glucosa en los pacientes diabéticos.

Los probióticos tienen un papel muy importante en la prevención del cáncer de colon, hígado y vejiga.

Medicamentos como antibióticos, los protectores de la mucosa gástrica, los antiácidos, los laxantes, las estatinas, los ansiolíticos, los antidepresivos, el hierro, los anticonceptivos orales, la metformina y los corticoides pueden producir alteraciones negativas en la flora bacteriana intestinal.

Existen factores que pueden producir alteraciones en el equilibrio de la microbiota intestinal dentro de las más frecuentes tenemos los siguientes:

– Consumo de alcohol.                              

– infecciones intestinales.

– Cigarrillo.                                            

– Dieta rica en azúcares.

– ingesta de medicamentos.                      

– Consumo de proteína animal.

– Consumo de grasas saturadas.              

– Alimentos procesados.

– Poco consumo de frutas y verduras.    

– Alimentos light.

– El estrés y el insomnio. 

– El sedentarismo.

– Consumo de comida procesada.

– El consumo de trigo.

– El consumo de antibióticos.                    

– El envejecimiento.

– La ingesta de agua clorada.                     

– Consumir aceites de cocina.

Los alimentos procesados son altos en azúcar y en particular, jarabe de maíz el cual sirve de alimento a hongos, bacterias y levaduras dañinas, además los aditivos usados en los alimentos procesados tienen un efecto dañino en la flora bacteriana probiótica y con frecuencia producen inflamación intestinal y disfunción metabólica.

Los alimentos procesados que no son orgánicos, pueden tener residuos de glifosfato, el cual afecta la flora bacteriana intestinal actuando como antibiótico.

Una manera de equilibrar nuevamente la flora bacteriana, es evitando todos los factores desencadenantes, aumentar el consumo de fibra obteniéndola de frutas y verduras, consumir vegetales y alimentos fermentados, además del consumo de probióticos obtenidos a partir de la alimentación y de la preparación de un buen yogur casero.

Preparación de yogur natural hecho en casa

-Calentar 2 litros de leche entera durante 30 minutos sin dejar hervir, si va a usar leche pasteurizada o leche bolsa omitir este paso.

-Con la leche levemente tibia, adicione 1 cápsula de Bíoyogur.

-Si emplea leche pasteurizada en bolsa utiliza leche entera y caliéntala levemente (2 bolsas de un litro), adicione la cápsula de Bíoyogur y agite para disolver el contenido de la cápsula.

-Embazar en recipiente de boca ancha, tápalo y cúbrelo con una toalla y colócalo en un sitio cálido, para tratar de mantener a una temperatura de 37 grados durante de 10 a 12 horas. (no agitar).

-Al pasar las 10 horas, puede refrigerar el yogur sin agitarlo y después de 2 horas lo puedes consumir, licua la cantidad deseada con la fruta preferida y endulzar con miel, panela, dátiles o estevia, no emplear azúcar, ni endulzantes artificiales.

Ventajas: Único yogur con fines terapéuticos, estimula la respuesta inmune, ideal en problemas digestivos, diarreas, estreñimiento, vaginitis, infecciones urinarias, alergias alimentarias, dermatitis atópica, asma, rinitis, conjuntivitis alérgica, intolerancia a la lactosa, colon irritable, enfermedad de Crohn, colitis ulcerativa y corregir la disbiosis y la permeabilidad intestinal.

Un preparado de 2 litros de yogur casero preparado de esta forma, reemplaza 300 vasos de cualquier yogur comercial de los que dicen llamarse ricos en probióticos.

Dieta prebiótica y disbiosis intestinal

Los ingredientes que no pueden faltar en la dieta, para tener una alimentación sana y diversa, son los alimentos de origen vegetal.

La disbiosis intestinal, es el desequilibrio que sucede a nivel intestinal entre la flora probiótica y flora patógena.

Para prevenir la disbiosis intestinal, se recomienda una alimentación rica en probióticos y prebióticos durante 7 días, y debe realizarse por lo menos 4 veces al año.

A continuación, damos un ejemplo de menú de un día, para prevenir la disbiosis intestinal y para recuperar el ecosistema intestinal:

*Desayuno:

-Un vaso de yogur casero con fruta.

-Un puñado de Granola.

-Una cucharada sopera de semillas de chía, ajonjolí o linaza, disuelto en el yogur casero.

*Media mañana:

-Pan integral con lechuga, tomate y atún.

*Almuerzo:

-Ensalada variada con aceitunas y aceite de sacha inchi.

-Pollo, pescado o carne magra al vapor o asada con cebolla, pimentón ajo y perejil o especias preferidas.

-10 almendras y 5 dátiles o higos secos.

*Merienda:

-Porción de fruta.

*Cena:

-Tortilla de huevos con verdura o champiñones o espárragos con palmitos y tomate.

-Espinaca, apio o brócoli al vapor.

-1 vaso de yogur casero.

Al terminar la semana de la dieta probiótica te recomiendo lo siguiente:

-Consume frutas y verduras todos los días. Lo ideal serian 3 frutas medianas, un plato de verdura y un plato de ensalada repartido a lo largo del día.

-Incluye legumbres, frutos secos, higos secos y semillas de chía y linaza en tu alimentación diaria, por su gran aporte de fibra.

-Evita los alimentos fritos y evita los aceites de cocina, prefiere los aceites prensados en frío y extra-vírgenes para consumir crudos como el de sacha inchi o linaza y para freír o preparar tus alimentos el aceite de ajonjolí o de coco.

-Da prioridad a los alimentos integrales siempre que puedas; (Pan integral, arroz integral, pasta y cereales integrales).

-Prioriza el agua como bebida de elección, la puedes alternar con otras bebidas como infusiones, zumos de frutas naturales y caldos vegetales.

-Consume una mezcla de una parte de agua de mar embotellada, mezclada con dos partes de agua dulce filtrada, adiciónale el zumo de 2 limones y si lo deseas agrégale unas gotas de estevia. Puedes consumirla a sorbos a lo largo del día empezando con 1 litro de esta mezcla y puedes ir aumentándola hasta llegar a 2 litros al día.

-Realiza todos los días ejercicio con moderación o practica algún deporte.

MEDICINA ALTERNATIVA

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